Barcos de Guerra de la antigüedad

Monorreme fenicio (Museo de Historia de Manacor)

Fueron de los primeros y mas importantes ingenios realizados por el hombre en la antigüedad para poder desplazarse. La necesidad de luchar contra el aislamiento o de buscar medios de transporte rápidos y alternativos y la necesidad de desarrollar nuevas máquinas de guerra tanto para defender territorios propios como para conquistar nuevos impulsaron la industria naval en la antigüedad.

Galeras

Denario del emperador Adriano (117 a 138 d.C) En el reverso y entre la leyenda FELICITATI AVGUSTI encontramos un barco de guerra romano.

Ya que no siempre se disponía del viento para impulsar las embarcaciones, se vio necesario de dotar a estas de una fuerza motriz. Para ello los barcos fueron provistos de una hilera de remos a cada lado. Se atribuye este invento a los Fenicios. Este tipo de barco, conocido como galera, se convirtió en el barco de combate por excelencia. Recibían distinto nombre según la cantidad de hileras de remos que tuvieran, monorreme para una ilera, birreme para dos, trirreme para tres, cuatrirreme para cuatro, así hasta llegar a cinco con el quinquirreme. Cabe decir que estos barcos tenían una o dos velas, lo que también les permitía navegar con la fuerza del viento. Este tipo de barcos fue usado por fenicios, griegos y romanos.

En este as anónimo de la Roma republicana, (Siglo III a.C) encontramos la proa de una galera en el reverso. La punta de la proa está rematada por un espolón metálico el cual se usaba para infringir daños a las naves enemigas.

Características

Para su construcción se usaron las maderas disponibles; abetos, pinos y cipreses, lo que convertía a estas embarcaciones en vehículos muy ligeros, pero a la vez en barcos considerablemente frágiles. Su velocidad y maniobrabilidad los convirtieron en barcos muy temibles. Además iban equipados en la punta de la proa con un artefacto llamado espolón, una funda de cobre (posteriormente sustituida por hierro) de forma similar a la de los actuales quitanieves que acababa en una punta, de aspecto similar al de un puño. Este ingenio era utilizado a manera de “torpedo”, estrellando el barco propio contra el barco enemigo con maniobras y ágiles tácticas, previamente ensayadas combinadas con abordajes y combates de marineros cuerpo a cuerpo.

Figura 1: Detalle de la proa de una galera romana. Debió ser de color rojo y tenía un ojo pintado a cada lado, esta estética confería un aspecto intimidante al barco. Figura 2: Un timón en una moneda de bronce de Tiberio.

Izq. Ancla romana de bronce expuesta en el Museo Arqueológico de Manacor. Der. Este denario Romano republicano nos muestra un barco de combate dotado de un capitán y marineros. En la popa se pueden ver el castillo, las aflastas y uno de los timones.

Las galeras normalmente tenían ojos pintados en la proa y se sabe que los barcos romanos además iban pintados de rojo, lo que les confería un temible aspecto. En la popa se encontraba el castillo de popa o en su lugar una tienda para el comandante. La popa también estaba rematada por una formas decorativas parecidas a un abanico llamadas Aflastas. Bajo esa linea y al final de la popa se encontraban los timones.

Los barcos mercantes eran impulsados por velas (Ilustración expuesta en el museo de Lluc, Mallorca)

V.R.S