Calzadas: Todos los caminos llevan a Roma

A medida que el Imperio Romano se expandía, también se hacían más grandes las distancias que separaban las ciudades que lo formaban. Originalmente se viajaba a través del campo, por caminos rurales no muy distintos a los caminos sin asfaltar de hoy en día, caminos en muchos casos accidentados que se anegaban fácilmente con la lluvia. Debido a esto, era indispensable crear una infraestructura que sirviese para conectar la capital con todos los rincones del imperio, cosa que desde luego, no fue una tarea fácil.

La primera vía pavimentada, la Vía Apia, en Roma. Fue obra del Censor Apio Claudio, apodado el Ciego. Se abrió en el año 312 a.C y medía mas de 212 kilómetros, unía la capital con la provincia de Campania. Actualmente algunos de sus tramos han sido readoquinados o cubiertos por asfalto.


Las calzadas eran indispensables para la comunicación, el comercio y para una rápida movilización del ejercito cuando la situación lo requería. Eran para Roma lo que el sistema circulatorio es para el cuerpo humano. De hecho Roma, sin calzadas, jamás hubiese sido Roma. Las calzadas mantenían unidas las provincias a la capital, que funcionaba como centro neurálgico, de hecho la frase popular todos los caminos llevan a Roma, es cierta.

Anatomía de una calzada

Sección de una calzada

La calzada romana constaba de varios elementos que la convertían en muy resistente y prácticamente eterna. 1. La calzada se construía mediante la excavación de una amplia zanja en el suelo. 2. El siguiente paso era colocar una amalgama compacta de tierra y cantos rodados, sobre la que se vertía 3. una mezcla de mortero o arcilla con grava. 4. Finalmente se colocaban unas gruesas losas de piedra con una inclinación suficiente para desalojar el agua cuando llovía.

Esquema de una Groma

Para realizar el trazado de las vías los ingenieros romanos se servían de un instrumento llamado Groma. Era una cruceta soportada por un travesaño que podía pivotar. Cada parte de la cruceta aguantaba una plomada. Esta herramienta servía para alinear dos puntos en linea recta, por este motivo las calzadas estaban formadas por tramos completamente rectos. En el recorrido de las calzadas y cada milla romana, (aproximadamente 1,5 km) se colocaban Miliarios. Eran unos cilindros de piedra con información escrita, figuraban el nombre del emperador que la mando construir o reparar, la distancia hasta Roma o la cuidad importante mas próxima y el gobernador responsable de la obra entre otros datos.

Denario del emperador Trajano. En el reverso encontramos una mujer tumbada  que sostiene la rueda de un carro con su brazo, mientras que en el otro lleva una rama, esta mujer es una personificación de la Vía Trajana (Vía Traiana). Esta vía fue construida por el emperador Trajano en el 109 d.C y fue una extensión de la Vía Apia.  

Vías Urbanas

El punto de partida de las vías estaba determinado por el cruce entre la Vía Sacra, el Clivus Capitolinus y el Vicus Lugarius, en el mismo corazón de Roma. Los gastos de las calles o vías internas destinados al mantenimiento de las mismas corrian a cargo de los propietarios de los edificios por los cuales pasaba la calle, a excepción de las que dieran frente a edificios o propiedades publicas, cuyos gastos caían sobre el gobierno. Las calles podían tener aceras y normalmente las entradas a las casas y edificios estaban Equipadas con pasos de peatones, indicados por una señal o mojón de piedra.  

Una calle adyacente a los Mercados de Trajano en Roma. El emperador Trajano, destacó por la gran actividad constructora durante su mandato. En ocasiones las calles llevaban el nombre de los comercios que allí había.  

V.R.S