Alejandro III El Magno. Parte 2: El Rey de los Griegos

Tetradracma de Alejandro Magno acuñado en el Peloponeso, tocado con una piel de león, a la manera de Heracles. Alejandro se consideraba a si mismo un dios.

Alejandro había recibido un gran legado de su padre Filipo un poderoso ejercito leal y bien preparado, con el cual ya había sometido a gran parte del mundo griego. Los griegos conocían bien a Filipo y le temían, pero menospreciaban la juventud de Alejandro, y al acceder este al poder no tardaron en rebelarse. Alejandro aplastó al instante la rebelión y obligó a firmar un tratado de fidelización con los Atenienses, dejando claro que no iba a dejar pasar una mas.

Objetivo Persia

Persia era un poderoso imperio al este de Mesopotamia en lo que hoy es la actual Irak. Fue un imperio muy extenso que incluso llegó a incluir a Egipto en sus dominios. Griegos y Persas siempre habían sido enemigos, y pese a que los griegos eran superiores a nivel tecnológico y táctico, nunca pudieron con los persas. Grecia, pese a ser el centro cultural y político del mundo, estaba dividido en si mismo, ya que lo conformaban “Polis” o ciudades estado rivales entre ellas y dadas a conflictos y desacuerdos, situación de la cual los persas siempre supieron sacar partido.

Ahora las cosas habían cambiado, el mundo griego estaba unido, bien organizado y dirigido por el macedonio Alejandro, que al igual que su padre odiaba a los persas, y no tardó mucho tiempo en mirar para oriente.


Estas monedas son siclos de plata persas. Fueron acuñados durante un tiempo comprendido entre el reinado de Artajerjes I a Dario III (450 - 330 a.C). Nos muestran al rey como un arquero en acción.

Yunque y Martillo

La primera toma de contacto del ejercito de Alejandro y el ejercito persa fue en la batalla de Gránico, donde quedó claro que el ejercito persa no estaba a la altura de su enemigo, griegos y macedonios derrotaron a un desorganizado ejercito persa. Ahora, el rey persa Darío III, sabia que no se enfrentaba a un enemigo cualquiera.

El segundo encuentro entre griegos y persas fue la batalla de Issos. Para la ocasión y viendo los resultados del primer encuentro, Darío reunió un ejercito de 200.000 hombres, entre los que se incluía la propia guardia privada del rey, conocida como “los inmortales”, una fuerza de 10.000 soldados de élite. Alejandro volvió a utilizar la táctica que tan buenos resultados le había dado en la primera batalla contra los persas: Yunque y Martillo. Alejandro situó en la parte central la infantería, compuesta de soldados armados con sarissas, unas enormes lanzas que impedían el paso del ejercito enemigo, mientras tanto atacó los flancos con la caballería encabezada por él mismo en el flanco derecho, envolviendo y destruyendo al ejercito persa. El mismo Darío tuvo que huir para poder salvar la vida.

La táctica de yunque y martillo consistía en bloquear y retener al ejercito enemigo mientras se le envolvía y atacaba desde los flancos con la caballería. Esta técnica depurada por el ejercito macedonio a las ordenes de Alejandro y encabezada por el mismo, dio resultados muy positivos en las batallas.

Gaugamela

Aun sin reponerse del trauma y sabiendo que Alejandro le pisaba los talones, Darío fue capaz de conseguir un variopinto ejercito de 90.000 hombres, frente a los 45.000 que todavía le quedaban a Alejandro, pero fue derrotado una vez más al verse incapacitado frente a la maestría de los griegos, quienes de nuevo destrozaron su ejercito y lo obligaron a huir con lo que quedaba de su guardia personal. Fueron los mismos hombres de confianza de Darío III quienes acabaron con su vida poco después. Ahora Persia era de los griegos.

Alejandro Magno a lomos de su caballo Bucéfalo en un mosaico romano procedente de Pompeya y expuesto en el Museo Arqueológico de Nápoles. Bucéfalo era el caballo de Alejandro Magno, le acompañó desde niño y durante toda su carrera militar hasta su muerte, el año 326 a.C, en la batalla de Hidaspes, en lo que hoy es Pakistán. Alejandro lloró su perdida y fundó una cuidad en su honor: Alejandría Bucéfala, al noreste de Pakistán. El nombre "Bucefalo" significa cabeza de buey, y por lo visto el animal recibió ese nombre por su cabeza redondeada.




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