Cibeles: Magna Mater

La fuente de Cibeles en Madrid (Por cortesía de Azucena Chávez)

El origen

La mayoría de los dioses romanos eran de herencia griega, pero muchos de los cultos y deidades romanas no eran ni locales ni de origen heleno. A lo largo de la historia de Roma se adoptaron varios cultos de carácter oriental. La primera deidad de importación fue Magna Mater, también llamada Cibeles por los romanos. Cibeles procedía de  Frigia, en Asia Menor, era adorada en la localidad de Pesinunte, pero su origen se sabe todavía más antiguo, ya que era una evolución de una deidad todavía mas arcaica, de origen hitita. Aunque la Cibeles romana es una deidad femenina y aparece representada como una mujer en estatuas y monedas, la imagen de Magna Mater a la que rendían culto los Frigios no consistía en una estatua fémina sino en una piedra negra de forma irregular, casi con total seguridad un meteorito.

Asimilación

Para el final de la Sgunda Gerra Púnica, un cruento conflicto entre romanos y cartagineses que a punto estuvo de costarle la mismísima existencia a Roma, se sugirió que contar con el favor de la Magna Mater podría ser muy favorable para ganar la guerra. Se solicitó al rey de Pérgamo permiso para llevar el meteorito a Roma, que fue transportado por vía marítima hasta la capital. Así que en el 204 a.C Magna Mater, convertida en Cibeles, pasó a formar parte del panteón romano. Al final de la Segunda Guerra Púnica, ganada por Roma, se le construyó un templo y se constituyeron los Juegos Megaleses en honor a Cibeles.

Características del Culto

Julia Domna, esposa del emperador Septimio Severo, Museo Arqueológico de Milán

Cibeles era representada muchas veces junto a su esposo Atis, ambos sentados en tronos. Pero la representación mas característica de Cibeles consistía en un carro tirado por dos leones que transportaba a la diosa. Cibeles era la diosa de los ciclos naturales, la regeneración y la fertilidad, y era considerada Mater Devm, o madre de los dioses. Su culto consistía generalmente en banquetes y orgías, y los iniciados debían pagar un dracma. Durante bastante tiempo este culto extranjero generó mucha desconfianza, especialmente en las autoridades de la Roma republicana, lo que lo llevó en algunas ocasiones a relegarse a una especie de "orden clandestina". 
Pero fue muy diferente en la Roma de los emperadores, ya que alcanzó tal nivel de aceptación que incluso se le construyó un templo al lado del templo de Júpiter Óptimo Máximo, en parte gracias a la afinidad que la familia Severa tenía con esta deidad, en especial Julia Domna, esposa del emperador Septimio Severo, una mujer de origen sirio.

Denario de Julia Domna, esposa del emperador Septimio Severo, 198 d.C. En el anvero la leyenda IVLIA AVGVSTA rodea el retrato de la emperatriz. En el reverso encontramos a Cibeles, sentada en un trono flanqueado por dos leones, lleva una rama en su mano derecha, mientras que con la otra aguanta un cetro y reposa su brazo sobre un antiguo instrumento musical llamado tímpano. MATER DEVM, o madre de los dioses circunda todo el campo del reverso.

V.R.S

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