Momias, Parte 4: Receta para una momia

Una momia despojada de sus vendas. Museo Egipcio de Turín. Composición fotográfica.


Como hemos visto, el objetivo que perseguía la momificación era conservar el cuerpo del difunto indefinidamente. Para eso se desarrollaron una serie de procesos que evitaban el natural mecanismo de la descomposición. En el caso del ser humano, como en la mayoría de los mamíferos, el cuerpo está compuesto casi en su totalidad por tejidos blandos y agua, y en el momento de la muerte comienza un proceso denominado autolisis, en el cual las células literalmente se deshacen y en poco tiempo el cuerpo se derrite quedando solo las partes más duras, como los huesos, la piel, las uñas y el pelo, bacterias propias como externas facilitan este proceso.

Los antiguos egipcios, que habían descubierto que la secante arena del desierto conservaba los cadáveres que alojaba, desarrollaron con maestría un arte con la desecación del cuerpo como base, que permitía conservar el cuerpo de los difuntos de manera indefinida.

A continuación vamos a explicar a groso modo algunas de las partes mas importantes del proceso de momificación, con las limitaciones que presenta describir tan complejo y extenso proceso en un pequeño articulo. Y aunque las técnicas variarán de un periodo a otro , contamos con el excelente relato del historiador griego Herodoto, quien visitó Egipto en el siglo V a.C y pudo observar de primera mano el proceso, que comenzaba con el lavado del cuerpo del difunto.

La Receta

-Extracción del cerebro
El cerebro, compuesto principalmente por agua, debía de ser extraído rápidamente. Para ello, se utilizaba un gancho metálico, que podía calentarse. Por lo general se accedía al cerebro a través de la nariz, perforando un hueso llamado etmoides que daba paso a la cavidad craneal. El cerebro era batido con el gancho y es probable que se utilizara algún tipo de disolvente como el vino de palma. Una vez vertido el cerebro, la cavidad vacía era rellenada con resina.

Ganchos y útiles utilizados durante el proceso de momificación. Museo Egipcio de Turin

-Extracción de los órganos
Los órganos eran extraídos por el mismo motivo que el cerebro, compuestos casi en su totalidad por agua, eran lo que primero se descomponía. Aunque en un principio los órganos se extraían por los orificios naturales, la técnica de momificación llevó a la evisceración por medio de un corte en la parte lateral del torso, por el cual se extraían los intestinos, el estomago y el hígado. Los órganos se desecaban y se vendaban por separado, y se los alojaba en unos recipientes conocidos como vasos canopos (o canopes), normalmente hechos de alabastro. El corazón era considerado la esencia del individuo y se dejaba dentro del cuerpo. La cavidad abdominal se llenaba probablemente con trozos de tela y materiales de relleno con el fin de darle forma al cadáver y absorber los fluidos corporales. 

Vasos Canopos y Venda de lino. Museo Egipcio de Turín

-Secar el cuerpo
Para secar el cuerpo se utilizaba una especie de sal local conocida como natrón. Solía encontrarse en los oasis, y para hacernos una idea no difiere mucho en aspecto de los pegotes de sal que se forman en los bordes de las actuales salineras. El cuerpo se cubría de natrón durante un periodo de aproximadamente 40 días. Después se limpiaba el cuerpo y el agujero dejado por la extracción de los órganos se rellenaba con bolsas de natrón y plantas aromáticas, el corte se podía cerrar con una venda empapada en resina, con una placa de oro en ocasiones ricamente decorada, como muestran la mayoría de las momias de funcionarios públicos y realeza, o cerrado mediante una costura.

Momia Vendada.(Museo Egipcio de Turín)

-Vendado
El cuerpo se trataba con aceites aromáticos y se recubría de resina para posteriormente ser envuelto cuidadosamente con vendas de lino. En ocasiones, después del vendado algunas momias  eran envueltas en una sábana o sudario.